"Maldita danza [...] está hábilmente construida a partir de las dicotomías, de conflictos paradojales y sorprendentes [...] se cruzan sin cesar: el sexo vs. la virginidad; el ritmo casino vs la música de concierto;
la cultura de barrio vs la refinada educación académica; la Timba habanera vs Lavapiés madrileño.
Orestes Martín” (Bailar casino con Díaz-Pimienta, en Juventud Rebelde, 2005).
"[Maldita danza] es una muestra de la narrativa cubana contemporánea: madura, desenfadada y universal" (Armando Crístóbal Pérez, novelista y diplomático cubano).
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